sábado, 21 de agosto de 2010

Posparto complicado: No hay amor sin dolor.

Después de que nació el bebe me lo pusieron al pecho. El cordón dejo de latir, lo cortaron y salimos de la tina. La placenta todavía no salía. Me acosté con mi bebe al pecho y en una contracción la matrona jalo el cordón y salio la placenta.

La matrona estaba preocupada por que no había ido al baño aún así que me pidió que me levantará y cuando lo hice comencé a marearme, ya cuando llegamos al baño intente sentarme y sólo se oyó un ruido seco. Perdí el conocimiento. me inyectaron para parar la hemorragia. Llego al ambulancia. Fuimos al hospital. Vieron mis plaquetas. Al parecer perdí 1/4 se sangre del cuerpo. No me dejaron salir hasta el otro día por la noche con la promesa de no moverme en las próximas dos semanas.

Al parecer fue producto del cansancio por tantos días de contracciones, aunado a que no me pusieron oxitocina para expulsar la placenta, lo cuál evita las hemorragias. Nada de eso supe hasta ahora.

Ahora estoy en mi habitación, MI piel esta verde. Tengo que comer bien y tomar un millón de medicinas.No estoy deprimida, estoy feliz. Asustada por lo que pudo haber pasado.  Pero ahora puedo separar dos experiencias. La felicidad de tener a mi hijo como soñé no me la va a quitar nadie.

El susto posparto tampoco. Creo que lo que paso hace los dos nacimientos de mis hijos más justos. Habría sido duro contar siempre la tragedia de mi cesárea y la dicha de mi PVDC. Ambas experiencias me han enseñado mucho. Lo más importante es que tengo a mis dos amores conmigo y están bien. Con los dos y de los dos he aprendido.

Mi mariposa es la niña más buena del mundo, Dios me ha dado en mis hijos una enorme bendición ante la cuál no puedo más que estar agradecida por tenerlos y por poder estar aquí para disfrutar de ellos.

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